Patrimonio científico del MAE – Colección de Tubos Crookes/Geissler y Aparato Rayos X Mónico Sánchez

Los tubos de Geissler son un invento y creación del físico alemán Heinrich Geissler, datado de 1850. Son tubos capaces de emitir luz de diferentes colores al producirse una descarga eléctrica en una atmósfera de gas contenida en su interior, preferentemente en condiciones de baja presión. Derivados de estos tubos, son por ejemplo el tubo fluorescente, el tubo de flash, las lámparas de descarga en general y los tubos utilizados para anuncios luminosos.

Los tubos de Crookes son una innovación del científico William Crookes en el siglo XIX, y es una versión evolucionada del desarrollo del tubo de Geissler.

Consiste en un tubo de vidrio vacío, por el cual circulan una serie de gases, que al aplicarles electricidad adquieren fluorescencia, de ahí que sean llamados fluorescentes. A partir de este experimento (1895) Crookes dedujo que dicha fluorescencia se debe a rayos catódicos, que consisten en electrones en movimiento, y, por tanto, también descubrió la presencia de electrones en los átomos.

En un extremo del tubo de vidrio, una banda calentada eléctricamente, llamada cátodo, produce electrones. Al lado opuesto, una pantalla tapada de fósforo forma un ánodo el que está conectado al terminal positivo del voltaje, del cual su polo negativo está conectado al cátodo. Entre ambos extremos se producen los rayos catódicos.

Mónico Sánchez Moreno  fue un inventor e ingeniero eléctrico español, pionero de la radiología, telecomunicaciones sin cables y electroterapia, conocido por el invento de un aparato portátil de rayos X y corrientes de alta frecuencia en 1909 que se fabricó en España en los Laboratorios eléctricos Sánchez en Piedrabuena (Ciudad Real)