En la primavera de 1968, a la entrada del Puerto de la Torre, en la intersección a que da lugar las actuales calles Java y Avenida Lope de Vega, se estaban ejecutando las obras de construcción de lo que iba a ser el jardín de infancia conocido como Colegio «El Atabal». Lo hacía, para entonces, en una zona alejada del centro urbano y, consecuentemente, en un paraje natural rodeado de árboles. Todo ello como proyecto de la familia Alfambra Torcello que apostó fuerte por la idea de contribuir a la formación de los más pequeños en uno de los lugares con mayores posibilidades de expansión para edificios escolares de la Málaga del momento.

Las obras que se estaban desarrollando fueron declaradas de interés social mediante decreto en diciembre de 1968. En sus inicios, siete fueron las aulas con las que contó el Colegio para impartir su enseñanza. El Kindergarten «El Atabal» (Anglo-Español) se presentaba como un Colegio Infantil de Orientación Práctica, creado para la formación de la edad preescolar y escolar del niño respectivamente, que pretendía ofrecer una educación integral y constituir un Centro Experimental de Investigación y Trabajo en torno a la infancia, con un programa basado en el respeto a la libre personalidad del niño y en el fomento de su sentido de responsabilidad con lo que se estimularía  su crecimiento físico, intelectual y socioemocional.

El Colegio inició su periplo ofreciendo a los malagueños un total de ocho grados académicos. Cuatro pertenecientes a la edad preescolar y otros cuatro a la edad escolar o primera enseñanza, correspondientes a los cuatro cursos que determinaba el Ministerio de Educación y Ciencia, esto es, de 6 a 10 años.

Los cuatro primeros grados eran de dos, tres, cuatro y cinco años. Y los objetivos en cada uno de los mismos pasaban respectivamente por: incorporación feliz del niño al colegio, despertar y cultivar intereses y orden práctico, desarrollo graduado de facultades, hábitos y conocimientos básicos y perfeccionamiento de las facultades, hábitos y conocimientos exigidos.

Las actividades propiamente académicas se habían iniciado en el centro “El Atabal” sobre unas aulas dispuestas en unos 400 M2. Sin embargo, la extensión tan notable en la que se localizaba -llegando a los 6000 M2- , permitió el desarrollo de numerosas actividades extra académicas entre las que cabe señalar: Música, Bailes Regionales, Ballet, Instrumentos de Cuerda, Natación, Floricultura, Horticultura, Dibujo, Pintura e Idiomas (inglés y francés). Para entonces, los horarios de clases quedaban dispuestos en jornadas de 10 a 1 de lunes a sábado y de 4 a 6 de la tarde de lunes a viernes. Sin embargo, en la intención de facilitar y conciliar la vida familiar y laboral, el centro permanecía abierto desde las 8.30 de la mañana hasta las 7.30 de la tarde.

En sus inicios el Plan de Trabajo se presentaba estructurado atendiendo a las jornadas de mañana, tarde, y los sábados (media jornada). En lo que se refiere a la sesión de mañana, esta se dedicaba a Lenguaje, Lectura y Escritura Combinada, Cálculo Mental, y Ciencias de la Naturaleza, Geografía e Historia. El espacio que ocupaba la tarde quedaba reservado a las actividades que se centraban en el desarrollo de la Caligrafía, Inglés y Formación Religiosa.

Una orientación bien distinta se daba a los sábados. Con horarios de media jornada, las actividades pasaban por: Teatro Escolar, Canto y Declamación Infantil, Gimnasia Educativa, Dibujo Personal dirigido y Caligrafía Especial.

Escasos dos años más tarde de su apertura, concretamente el 28 de enero de 1970, don Rafael Alfambra Sánchez, propietario del centro, presentaba un escrito en la Inspección Provincial de Enseñanza Primaria de Málaga mediante el que solicitaba la ampliación del centro en número de ocho unidades. Ese informe fue posteriormente, con fecha de 19 de febrero de 1970, enviado a la Dirección General de Primera Enseñanza de Madrid, y en él, la inspectora jefa, María Victoria Díaz Riva, informaba de cuanto sigue:

«La Urbanización ‘El Atabal’, a un km aproximadamente del casco urbano de Málaga, entre este y la barriada del Puerto de la Torre, ha surgido como colonia residencia para holandeses, y aunque en el momento actual se vayan asentando en ella algunos españoles, su estancia allí es preferentemente con carácter de recreo o temporada, sin existir contingente de niños en edad escolar que pudiera dar lugar a la creación de una sola Unidad de Escuela española (fuera esta oficial o privada).

Las instalaciones escolares de ampliación proyectadas en el Colegio “El Atabal” puede apreciarse que van cuidadas como las primitivas, si bien, con ellas se dará lugar a una aglomeración de niños que le restará espacio de recreo, apenas reservado en la ampliación proyectada».

Tres años más tarde, concretamente en 1973, y mediante una Orden de 10 de septiembre, asistimos a la aprobación de la transformación y clasificación definitiva del Colegio “El Atabal”, como centro de Educación Preescolar, con 2 unidades de Jardín de Infancia y 5 unidades Párvulos, todo ello en un solo edificio y un total de 280 puestos escolares.

Para entonces se había asistido a la ampliación del centro escolar en un total de cinco nuevas aulas levantas en una nueva parcela de algo más de 900 M2. y que se situaban en la cara septentrional. La proyección del Colegio iba en aumento pues año tras año de forma considerable crecía   la demanda de los padres para que sus hijos pudieran cursar sus estudios en El Atabal.

Cuatro años más y ya vigente la ley de Villar Palasí, mediante una nueva Orden de 10 de octubre de 1977, asistíamos a la aprobación de la transformación y clasificación definitiva del centro «El Atabal» como un colegio de Educación General Básica, con 10 unidades escolares y un total de 400 puestos escolares.

El 14 de julio de 1986, mediante Orden de la Consejería de Educación y Ciencia de la Junta de Andalucía, se concedía la autorización del cambio de titularidad de Rafael Alfambra Sánchez a Servicios Torcelló, S.A.

La política de ampliación de espacios en el centro seguía su curso. Así, en 1988 asistimos a la construcción del gimnasio y capilla del centro. Unos espacios que se situaban anexos a las primeras construcciones que habían dado origen al colegio. Tanto el gimnasio como la capilla se habían realizado en un solo edificio de dos plantas. La planta baja, destinada al gimnasio, se hacía sobre una superficie construida de 172 M2 y la planta alta destinada a capilla ocupaba un total de 189 M2.

La aprobación de la LOGSE en 1990 supone el inicio de la tramitación de los trabajos para poder implantar los nuevos niveles educativos de Enseñanza Infantil, Primaria y Secundaria, unos niveles que ponían fin a la Educación General Básica y que alargaban de manera obligatoria hasta los dieciséis años la formación de los estudios básicos.

Hasta entonces como centro de Enseñanza, el Colegio «El Atabal» gozaba de autorización definitiva para dos centros docentes, uno de Educación Preescolar con 4 unidades y 160 puestos escolares y otro de Educación General Básica de 13 unidades y una capacidad de 520 puestos escolares.

A finales de ese mismo mes, una nueva orden venía a autorizar la implantación gradual del segundo ciclo de Educación Infantil a partir del curso 1996-1997. Así pues, para este año, la configuración del Colegio “El Atabal”, quedaba compuesta por tres centros: Centro de Educación Infantil con 4 unidades de segundo ciclo y 100 puestos escolares; Centro de Educación Primaria con 12 unidades y 300 puestos escolares y Centro de Educación Secundaria con 8 unidades y 227 puestos escolares.

Y ese mismo curso de 1996-97 se implantaba en el centro el primer curso de la Enseñanza Secundaria Obligatoria, 1º de ESO que culminaría en el curso 1999-2000 con la implantación del último curso de la ESO y la salida de la primera promoción de Secundaria del Colegio «El Atabal».

Sin embargo, la puesta en marcha de los nuevos niveles educativos impuestos por la LOGSE establecía, mediante Orden de 3 de julio de 1996, la nueva configuración del Colegio «El Atabal» con dos centros: Centro de Educación Primaria con 12 unidades y 380 puestos escolares y Centro de Educación Secundaria con 8 unidades y 227 puestos escolares.

Un año antes, y mediante Orden de 23 de julio de 1999 asistimos a la autorización del cambio de titularidad del centro. Apareciendo desde 1986 con el nombre de Servitorsa, S.A. a partir de ahora la entidad pasaba a denominarse Colegio El Atabal S.L., sin que ello, tal y como recogía la Orden, afectara al régimen de funcionamiento de los tres centros que venían funcionando.

Andando el tiempo, y siguiendo con la proyección de ampliación de estudios en el centro, en agosto de 2003 asistimos mediante Orden de 21 de julio de 2003, a la autorización definitiva de 6 unidades de Educación Infantil de segundo ciclo y una capacidad máxima de 144 puestos escolares, ampliándose en dos unidades las 4 anteriormente existentes.

Actualmente, el Colegio «El Atabal» en régimen de concierto, renovado cada cuatro años, imparte las etapas completas de Educación Infantil, Primaria y Secundaria. Y todo ello en una superficie de 6.000 M2 que reúne un total de 27 aulas, además de laboratorio, biblioteca, taller de tecnología, aula de informática, gimnasio, y capilla donde se hacen las celebraciones religiosas, pero que está acondicionada también como salón de actos y conferencias.

El Atabal, con más de 600 alumnos de Infantil, Primaria y Secundaria y un extraordinario equipo docente con cerca de 40 profesionales se ha convertido actualmente en un centro de referencia en toda la zona de escolarización de Teatinos, espacio de expansión urbanística de la ciudad de Málaga que sigue ejerciendo una importante hegemonía en los planes de expansión de la capital.

A lo largo de estos más de 50 años de vida, el Colegio El Atabal, ha mantenido una pedagogía activa con una metodología activa apostando desde el primer momento por el estudio de idiomas. La Dirección, Equipo Docente y personal de Administración y Servicios han desarrollado un trabajo silente que le ha permitido imprimir un sello personal y único en el terreno educativo en la ciudad de Málaga. El compromiso de la titularidad, del equipo directivo y de todas las familias ha permitido contribuir al engrandecimiento de la educación en Málaga y la divulgación del conocimiento durante tantas generaciones.

Referencias bibliográficas

AA. VV., Colegio El Atabal, 1968-2018, Málaga, ExLibric, 2019

Carlos San Millán y Gallarín

Profesor Asociado en el Departamento de Teoría e Historia de la Educación y MIDE de la Universidad de Málaga, profesor titular de Geografía e Historia de ESO y jefe de estudios en el Colegio El Atabal (Málaga), y miembro del Consejo Asesor del MAE. Es doctor en Historia de la Educación con Premio Extraordinario de Doctorado. Posee el título de Máster en La España Contemporánea en el Contexto Internacional por la UNED. Sus líneas de investigación en Historia de la Educación son Historia del magisterio, Historia de la escuela, Imágenes y Colegios, Magisterio durante la Guerra civil española.

Es miembro del grupo de investigación que dirige la catedrática Carmen Sanchidrián Blanco. Está desarrollando el proyecto de investigación Pizarras Huérfanas en la provincia de Málaga.