A lo largo de la historia, los espacios escolares han ido evolucionando en su aspecto, estructura y funcionalidad. Paso del tiempo que también nos revela la aparición de nuevas facetas educativas, donde el protagonista cambia, unas veces centrándose en el alumnado y otras, focalizándose en el profesorado. Desde este enfoque, la presente entrada en la web del MAE, la queremos centrar en el espacio dedicado a la formación del docente, concretamente en el Centro del Profesorado de Málaga (de ahora en adelante, CEP).

La trayectoria del edifico en el que se ubica el CEP, no siempre ha tenido el mismo uso que en la actualidad conocemos. Inicialmente, a principios de la década de los ochenta, fue construido como residencia de monjas con fines educativos para alumnado interno con necesidades educativas especiales profundas. No se tiene constancia que llegara a funcionar, pero la distribución de la planta era similar a las celdas que las hermanas religiosas tendrían.

El resorte del cambio vino a partir de 1983 cuando se le transfiere a la Comunidad Autónoma de Andalucía las competencias en materia de educación. Así, tres años más tarde, empieza a fraguarse la necesidad de disponer de un espacio de recursos para el profesorado, creándose los Centros de Profesores como plataformas estables de formación, innovación e intercambio de información  pedagógica. Fue en el 1987 cuando se cedió la segunda planta del mencionado edifico para tal fin, compartiendo el espacio con el colegio de educación especial Santa Rosa de Lima.

La parte destinada al CEP, se dotó con dos departamentos, uno de informática (sala de ordenadores) y otro de recursos (taller de medios audiovisuales), además de una biblioteca. Esta estructura continuaría hasta comienzos de la década de los noventa, cuando se empieza a contar con una plantilla de asesores de formación con plaza definitiva. Sería en este momento, cuando entra en vigor el Primer Plan Andaluz de Formación, a partir de 1992, concebido como marco para la organización y coordinación de los recursos humanos y económicos necesarios para la formación del profesorado. Así, pocos años después, se aprobaría el Decreto

194/1997 de 29 de julio, con el que se crea el Sistema Andaluz de Formación del Profesorado, definido como instrumento de apoyo general al sistema educativo y potenciando actividades de formación para los docentes.

Las necesidades fueron cambiando, apareciendo nuevos retos que hacía necesaria la búsqueda de nuevas estrategias en la consecución de la mejora de las prácticas docentes. Surge en este momento, el II Plan Andaluz de Formación Permanente del Profesorado (Orden de 9 de junio de 2003). En base al compromiso del

docente para desarrollar su autonomía, se le confiere la misma a los Centros del Profesorado, destacando su protagonismo en la formación que implicaba tejer una red normativa y formativa en Andalucía. Desde esta perspectiva, se iniciaron en el año 2004 obras de mejora en el edificio que albergaba el CEP de Málaga, como fueron: Cambio de acceso (actual entrada), modificación de las aulas de formación en la planta primera y segunda, así como cambio de la biblioteca.

En el año 2005, se inició un estudio técnico para hacer un CEP nuevo, adaptando su habitabilidad a las demandas de accesibilidad vigentes, presentando la solicitud en la Delegación Provincial de Educación, pero quedó todo como proyecto que nunca se llegó a desarrollar por falta de libramientos económicos.

Sería en el 2013, cuando se presenta y aprueba el III Plan Andaluz de Formación mediante el Decreto 93/2013 (BOJA núm. 170). Con el paso del tiempo, las señas de identidad del CEP de Málaga fueron modificándose hasta llegar a las que hoy lo caracterizan, recogidas en su actual Proyecto de Formación para responder a los retos que la comunidad educativa requiere.

En su elaboración, se siguieron varios pasos: finalidades y fundamentos del centro del profesorado, con descripción de la zona de actuación y contextualizado a las líneas estratégicas que el vigente III Plan Andaluz de Formación establece:

I.- Mejora de las prácticas educativas, el rendimiento y el éxito educativo.

II.- Perfeccionamiento continuo y la capacitación personal docente.

III.- Conocimiento compartido, investigación e innovación.

IV.- Centros educativos como entornos colaborativos de aprendizaje y formación.

V.- Formación Profesional, Enseñanzas Artísticas, Enseñanza Oficiales de Idiomas y Educación Permanente.

Para ello, se establecieron una serie de medidas y actuaciones que dieran respuesta a las necesidades formativas de los centros. Mediante los instrumentos utilizados en dicha detección, se concretaron las demandas recibidas, vinculando éstas a las actividades programadas e itinerarios formativos en relación con las líneas estratégicas mencionadas, siendo los criterios pedagógicos y organizativos los que marcaran la asignación de las Asesorías de Referencia para el seguimiento de la formación. El resultado obtenido matiza los objetivos específicos para la mejora del rendimiento educativo.

  • ITINERARIOS FORMATIVOS: Realizar itinerarios formativos adaptados a la necesidades demandadas de cada centro educativo según su grado de conocimiento e integración de las competencias clave, haciendo especial hincapié en la competencias matemáticas, digital y comunicación lingüística y en temáticas como la convivencia, la evaluación y la prevención de riesgos laborales.
  • DIMENSIONES DE LA DIVERSIDAD: Formar al profesorado en el conocimiento de las diferentes dimensiones de la diversidad y sus implicaciones.
  • MEJORA DEL CLIMA DE AULA: Facilitar al profesorado estrategias para la mejora del clima de aula, la resolución de conflictos y las habilidades sociales del alumnado.
  • LENGUAS EXTRANJERAS: Consolidar la competencia del profesorado de AL y ANL en lenguas extranjeras necesaria para el desarrollo de su materia.
  • COMPETENCIA DIGITAL: Mejorar la competencia digital del profesorado adaptando la formación a los avances tecnológicos y a las nuevas metodologías.
  • EQUIPOS DIRECTIVOS – PROFESORADO NOVEL: Mejorar las competencias específicas de equipos directivos y profesorado novel.
  • EDUCACIÓN EMPRESA: Conectar el mundo educativo y la realidad productiva y el empleo a través de acciones formativas dirigidas al profesorado de la FP básica, la FP en alternancia, de los nuevos títulos LOE, ARE, EOI y Educación Permanente.
  • IMPACTO DE LA FORMACIÓN: Analizar el impacto de la formación: relación entre los indicadores de los centros educativos y las acciones formativas realizadas.

Otro aspecto a considerar del último lustro ha sido la presentación del CEP en el marco del Sistema Andaluz de Formación con un perfil más profesional como el de una empresa pública, elaborando para ello la Carta de Servicio, publicada en el Boletín Oficial de la Junta de Andalucía a través de la “Resolución de 6 de abril de 2015”. Mediante este documento, se pone en valor uno de los principios del Estatuto de Andalucía, centrado en potenciar una mejor administración, en nuestro caso, del sector educativo.  Con este enfoque, se destacan tres aspectos:

  • MISION: Asesorar a los centros educativos insertos en su zona de actuación y formar a sus profesionales a través de los Planes de Formación que a su vez son coordinados provincialmente por la Delegación competente en la materia.
  • VALORES: El equipo humano de asesores de formación aporta valor al servicio “bajo los principios de calidad, transparencia, autonomía, rigurosidad y excelencia, en un entorno caracterizado por la voluntad de servicio, el trabajo colaborativo eficaz y eficiente a partir de la cooperación, la confianza y la lealtad para con sus usuarios” (Carta de Servicio, 2015, p. 509).
  • VISIÓN: La aspiración del CEP es convertirse en referente en la formación del profesorado “basado en la adquisición y desarrollo de las competencias profesionales para contribuir al logro de los objetivos del sistema educativo Andaluz y la mejora de la calidad del mismo” (ídem).

María del Mar Gallego García

Docente en activo de la Consejería de Educación de Andalucía, desempeñando actualmente el puesto de Asesora de Formación en el Centro del Profesorado de Málaga. Además, tiene vinculación con la Universidad de Málaga (España), como Profesora Asociada en el Departamento de Teoría e Historia de la Educación y MIDE desde 2008. Es doctora en Ciencias de la Educación (Universidad de Málaga, 2016). Sus vigentes líneas de investigación son: Formación de equipos directivos, Historia de la Educación (cultura material), mejora del Prácticum y TFG como ejes vertebradores del grado de Maestro.

Está implicada en proyectos europeos (“Divided we fall, together we stand: Improving strategies in European schools and teacher training centres to prevent bullying and discrimination across Europe” y “Reading Communities from paper books to digital era”) y nacionales, contando con publicaciones en torno a estos temas. Es miembro del grupo de investigación PAIDI de la Junta de Andalucía “HUM 387: Historia de la Educación”. Forma parte de las sociedades científicas Sociedad Española para el Estudio del Patrimonio Histórico-Educativo (SEPHE) y Sociedad Española de Historia de la Educación (SEDHE).

E-mail: mmargallego@uma.es