Mónico Stand de Presentación

El  ingeniero y profesor de la Escuela Superior de Informática de la Universidad de Castilla La Mancha, Juan Pablo Rozas Quintanilla, relata la vida de Mónico Sánchez, como máximo conocedor y estudioso de su figura

Cuando nació Mónico Sánchez en Piedrabuena (Ciudad Real) en 1880 nadie hubiera imaginado que sería inventor en lugar de obrero con su padre en la tejera familiar. Como era el menor de 4 hermanos pudo ir a la escuela de don Ruperto. Al dejar la escuela del pueblo, se colocó de chico de los recados en Fuente el Fresno, con 14 años se marchó descalzo para reservar sus zapatos. Aquel era el comienzo de una aventura de ida y vuelta con la electricidad como asunto. Luego vendría San Clemente, después de establecerse por su cuenta en una tienda de ultramarinos, lo vende todo y se va a Madrid para estudiar electricidad. ¿Qué le hizo tomar esa decisión tan extraña? La escuela de ingeniería industrial de Madrid estaba cerrada por motivos políticos hasta 1902 en que se reabre. El acceso está muy difícil. Providencialmente se matricula en un curso de electricidad a distancia en una institución norteamericana: “Electrical Engineer Institute of Correspondence” (Imagen 01).

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Joseph Wetzler, su profesor, anima al joven Mónico para que vaya a Nueva York y continúe sus estudios en la sede neoyorquina.

Wetzler era un ingeniero eléctrico, presidente del Institute y de la AIEE (Asociación de Ingenieros Eléctricos Americanos, hoy IEEE), editor de revistas como Electrical Engineer y Electrical World. Bien relacionado, mantenía fluidas relaciones con Edison y Thomson. Mónico Sánchez no podía tener mejor avalista, Wetzler le consigue un trabajo en una empresa neoyorquina, pero Mónico tiene problemas con el idioma inglés, lo lee, pero apenas lo habla, se ayuda con un pizarrín donde ha de escribir lo que no entiende. Comenzó a trabajar como delineante y posteriormente como oficial electricista, compagina el trabajo con los estudios. Concluyó sus estudios con las más altas calificaciones y logra el título de ingeniero en junio de 1907. Comenzó a trabajar para la FOOTE PIERSON Co., fabricante de equipos para el telégrafo. Entonces inscribe su primera patente, sólo en España, el Puente de Weasthone-Sánchez (1907) (Imagen Puente WS)

Puente WS

Puente WS

para la medida de aislamiento, capacidad y resistencia, con el que se adelanta a lo que será el polímetro. Completa su formación en la Columbia University con un curso de ampliación de electricidad. Aquí destaca por sus trabajos sobre condensadores y bobinas de inducción.

Al entrar a trabajar en mayo de 1908 en la VAN HOUTEN & TEN BROECK CO., como ingeniero jefe mediante concurso por sus conocimientos de devanados y aislamientos eléctricos, sus trabajos se orientan hacia la electromedicina. Entonces inventó su aparato portátil de Rayos X y corrientes de alta frecuencia.

Los rayos X fueron descubiertos por Röntgen a finales de 1895, para producirlos era necesario un tubo de Crookes y un generador de alta tensión. La fuente de alimentación era muy pesada y nuestro inventor aprovecha un fenómeno físico descubierto por Nikola Tesla, el hierro necesario para hacer un transformador es mucho menor si en lugar de usar 50 Hz, utiliza 7 Mhz, la reducción de peso es tan importante que el aparato es portátil. Se lleva en un par de maletas, pudiéndose llevar a la casa del paciente. Veamos como lo explica:

“La corriente así producida puede ser usada para electrodos de alta frecuencia, para rayos X o en aparatos de telegrafía sin hilos, o con cualquier otra aplicación familiar de la alta frecuencia. Además, se incluye en mi instrumento, mediante la producción de alta frecuencia, bajo potencial, corriente para uso con el cauterio eléctrico o un propósito similar, donde el efecto calorífico es el requisito en lugar de la alta tensión”  

“Mi aparato es comparativamente barato, portable, puede ser conectado a cualquier sistema de alumbrado, ya sea de continua o de alterna, y puede debido a su simplicidad, ser efectivamente manejado por un operador sin preparación. Los resultados alcanzados sólo son comparables con aparatos de alta frecuencia de mucho mayor peso, costo, y complejidad que mi aparato”

A. Frederick Collins, uno de los primeros experimentadores de la radiotelefonía y prolífico divulgador y autor del superventas “The Radio Amateurs Handbook” planeó construir equipos de radiocomunicación telefónica, en su época irrealizables. Contrató a Sánchez como ingeniero jefe en la COLLINS WIRELESS TELEPHONE Co. con sede en Nueva Jersey, además la compañía va a fabricar y comercializar el aparato bajo la marca Collins-Sánchez. Dentro de la campaña de venta de acciones de la compañía, que incluye la promoción por personajes famosos como el explorador del polo Norte Frederick Cook, se encuadra la promoción en los más importantes eventos como en el Madison Square Garden de Nueva York (Imagen Madison)

Madison

Madison

 o la Illinois University. El éxito fue tan notable que se repitió en el Gran Coliseum de Chicago. Con la incorporación de nuevas empresas, y absorbida la Collins en CONTINENTAL WIRELESS TELEPHONE & TELEGRAPH Co., donde Mónico Sánchez continúa siendo un alto cargo técnico. Los nuevos propietarios le ofertaron 500.000 dólares por la patente del aparato. Rechazó la oferta para su fortuna porque el pago se iba a realizar en acciones de Continental y pronto no valdrán nada cuando se descubrió que sus administradores habían descapitalizado la empresa por lo que fueron procesados y condenados.

Inició su camino en solitario, fundó la Electrical Sánchez CO., en Nueva York. Sus equipos son distribuidos por los hermanos Edmundo y José Metzger en España. Envió a Barcelona algunos de sus aparatos que obtienen una gran acogida. Con motivo del V Congreso de Electromedicina y Electroterapia de 1910 vino a Barcelona, inscrito como norteamericano realizó demostraciones del aparato.

Nunca olvidó sus orígenes y pese a su ventajosa posición en EEUU tras las numerosas ofertas para regresar, decidió establecerse en España, pero en lugar de elegir una región industrializada, fue a volver al pueblo donde nació para impulsar su desarrollo: “Para que Piedrabuena tenga las mismas ventajas que las grandes ciudades”. Construyó con los beneficios de las ventas de 1913 a 1917 el Laboratorio Eléctrico Sánchez con 3500 m2 y realizó mejoras en el pueblo como la traída de agua potable desde Pilar Nuevo o la construcción de su central eléctrica, y planteó construir una escuela de electroterapia para la formación de los médicos en las nuevas artes, proyecto que no se llevará a término. Las comunicaciones son muy deficientes y el subdesarrollo es acusado. Uno de los problemas que se encuentran los médicos para utilizar su aparato es la limitación del horario de la energía eléctrica y de forma fiable. Las dificultades encontradas son superadas con tesón e inteligencia. Conseguir los mejores técnicos vidrieros especializados, sopladores, que tiene que contratar en Alemania para su laboratorio. Sus equipos se exportan, son los equipos que dota el ejército francés a sus ambulancias de campaña tras una selección realizada por el Dr. Bergonié, padre de la oncología francesa y autor de la ley de Bergonié.

Casiano Ruiz Ibarra será director médico de Mónico Sánchez. En París asistió a un curso de “Electrología y radiología médica”, aprovechó la ocasión para presentar el aparato Sánchez de su propiedad ante la Sociedad de Electrología y Radiología Médicas en mayo de 1914. Para la ocasión fue introducido por radiólogo Lucien Mathé al que nos referiremos posteriormente. Con su intervención tuvo un gran éxito el aparato, tal que repitió ante la Sociedad de Medicina de París. La revista España Médica recogió el titular: “Los grandes inventos. Un triunfo de la ciencia española”

Si la presentación fue en mayo, en agosto estalló la I Guerra Mundial que va a provocar cerca de 10 millones de muertos y 20 millones de heridos. La radiología era escasamente practicada antes de la Guerra, el rechazo se sintetiza en “Los médicos no podemos convertirnos en fotógrafos”, va a tomar su lugar en la práctica cotidiana, la radiología va abandonar la etapa de los pioneros para alcanzar la edad de oro.

En medio de un torrente de heridos por atender, según El siglo (26/9/1914), Mónico Sánchez recibió un pedido con urgencia de Bayona de 10 equipos portátiles de rayos X para atender a los heridos.

Como consecuencia de la presentación de París, en septiembre, el inventor fue reclamado a Burdeos para la evaluación del aparato por Bergonié, alistado como jefe del servicio radiológico de XVIII región militar, y autor de la Ley de la radiosensibilidad o Ley Bergonié-Tribondeau. Asistieron Lamoureux de la Jefatura de la Sanidad Militar, Ruiz Ibarra y el inventor del aparato. (Imagen Burdeos)

Burdeos

Burdeos

La revista La España Médica (4/1915) publicó copias de las radiografías de heridos de septiembre de 1914. Bergonié “dio un informe tan favorable, ensalzó tanto el aparato, que el Gobierno, asesorado por esta Junta, se apresuró a adquirir un gran número de ellos para el Ejercito” (España Médica 4/1915), un total de 50 aparatos.

Con una electrificación deficiente y escasa, unir un equipo portátil a un medio de transporte automóvil capaz de generar la energía eléctrica con la dinamo es una brillante solución. La labor de Marie Curie, con el auxilio de su hija Irène, fue ingente e incansable en el frente, destaquemos la docencia a una nueva profesión, manipuladores de radiológicos se decía y, como novedad, desde septiembre de 1916, la formación de las primeras manipuladoras en el hospital-escuela Édith Cavell, donde fueron formadas otras 120 manipuladoras. Curie describió sus experiencias en su libro La radiologie et la guerre.

Curie describe en el libro uno de los equipos empleados, (Imagen Camilla Curie)

como corresponde a la época, usa un tubo de rayos X Crookes y un generador de alimentación de alta tensión derivado del carrete de Ruhmkorff que uso Röntgen en el descubrimiento de los rayos, y es alimentado por corriente continua procedente de la batería o dinamo del automóvil. El aparato Sánchez, como hemos visto, usaba corriente de alta frecuencia, se podía alimentar tanto con corriente continua como alterna, el tamaño del transformador era de menor peso y una descarga accidental de corriente de alta frecuencia no es tan peligrosa como la del carrete. (Imagen Camilla Mónico)

Los norteamericanos entraron en la guerra en abril de 1917. No obstante, en combate fue un año después. El equipo portátil estándar norteamericano estaba basado en el tubo Coolidge (patentado en 1913). El nuevo tubo generador de rayos Coolidge permitía mayor nitidez de la imagen y mejor control de la radiación, los tubos actuales son herederos directos de aquellos. El aparato portátil americano fue fabricado ex profeso para el ejército por General Electric, Co. Según el United States Army X ray manual (1919) “demostró ser superior a cualquier otro fabricado en ese momento”. (Imagen Camilla Americana)

Era alimentado por un pequeño alternador con un motor de gasolina. En este manual se da cuenta de los aparatos de alta frecuencia en América que denominan genéricamente “tipo Tesla”.

En el Congreso de la Sociedad Española de Historia de la Ciencia y Tecnología (2014) publiqué que la relación con la milicia de los aparatos Sánchez es anterior a esta guerra. En enero de 1912, cuando los soldados españoles se batían en la Guerra del Rif (1911-27), Mónico Sánchez ofreció gratuitamente uno de sus equipos y sus servicios personales al Presidente de Gobierno José Canalejas. Para apoyar su oferta, se justificó “El ejército americano lleva el aparato Sánchez en sus ambulancias sanitarias” (La Correspondencia, 1912). Sin duda se trata uno de los equipos de su etapa americana, fabricados como Collins-Sánchez o Sánchez Laboratory. También la Armada hizo pruebas de las distintas capacidades terapéuticas del aparato Sánchez (Circustancias, 1913).

Sabemos que se editó un manual en francés del aparato. Resulta significativo aportar que en el manual con que se formaron los manipuladores, Manual del manipulador radiologista (1918), tiene por autor a Lucien Mathé, quien presentó a Ruiz Ibarra en París, en la versión en español del texto, le dedica un capítulo (pp. 128-142) al aparato Sánchez, así como un significativo párrafo:

Aparato portátil. – Al principio de la guerra utilizó el Servicio Sanitario el aparato portátil Sánchez, que funciona con toda clase de corrientes y permite, además de la radiografía, la electrocauterización, la aplicación de todos los tratamientos de alta frecuencia y la producción de ozono, que con la ayuda de un dispositivo especial se puede utilizar para la desinfección de heridas profundas. (p. 96).

La relación con la milicia no acabó aquí. Sus equipos, está confirmado, fueron usados en la Guerra Civil por el bando republicano en los hospitales de sangre. Poco antes, en 1933, había recibido la medalla de la Exposición Internacional de la Sanidad Militar y de la Cruz Roja. Sánchez había donado un aparato a la Cruz Roja para sus “ambulancias sanitarias”. Además del uso militar, y este es un hecho significativo, los aparatos tuvieron una gran difusión entre los médicos para aplicaciones de radiología y electroterapia y permitió llevar estos avances a “los pueblos más pequeños”, que de otra manera no se hubieran beneficiado de la radiología.

El tubo Coolidge vino para quedarse, poco a poco fue sustituyendo a los tubos Crookes. Ante esta perspectiva, Mónico Sánchez centró la producción del aparato a la didáctica de la Física. La figura corresponde a una conferencia en la Universidad de Valladolid. (Imagen Conferencia U Valladolid)

Conferencia U Valladolid

Conferencia U Valladolid

Estableció en Piedrabuena un taller de soplado de vidrio a cargo de un maestro soplador alemán con un muy amplio catálogo de tubos. Realizó prototipos de otros equipos de electroterapia, se conserva un aparato de onda corta, pero la escasez de materias primas, la negativa a las licencias de importación de los componentes, se primó a las industrias protegidas del INI, impidió la continuidad de la empresa. Con el fallecimiento de Mónico Sánchez cerró el Laboratorio Sánchez, el edificio fue utilizado durante años como escuela.

Juan Pablo Rozas Quintanilla
Ingeniero y profesor de la Escuela Superior de Informática de la Universidad de Castilla La Mancha
Máximo conocedor y estudioso de la figura de Mónico Sánchez en España